De entre los muchos relatos de tradición oral, Cenicienta y La Bella Durmeinte merecen un lugar preeminente. Celebérrimas fueron las ediciones ilustradas que, entre 1919 y 1920, William Heinemann encargase a Arthur Rackham. Recuperar aquellas ediciones originales ha sido posible gracias a dos de sus ejemplares, así pues hemos reproducido el hipnótico mundo ilustrado de Rackham.