De la mano del pintor que la toma como alumna en su taller, un buen día una niña que adora dibujar descubre de repente que el agua no es tan sólo un líquido incoloro imposible de pintar, sino un mundo entero que bulle alrededor. Susy Lee nos revela con sus dibujos y textos los momentos que, como ese, marcan el despertar de la sensibilidad artística y la formación inicial, en un personal homenaje al oficio del maestro que con sabiduría, poco a poco, le revela al aprendiz las claves de su arte.